Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Democracia y participación en el estado de derecho (página 2)



Partes: 1, 2

Más aún, desde que los gobiernos son
establecidos por consentimiento de los gobernados para proteger
la libertad
individual, lógicamente se sigue que los gobiernos no
pueden violar los derechos cuya
protección es la razón de la existencia del
Estado. Su
autoridad es
limitada. El último instrumento de Locke para la
protección de la dignidad
individual contra los abusos del poder es el
derecho a la rebelión. Según Locke, cuando quiera
que los gobiernos violan los derechos naturales de los
gobernados, deslegitiman la autoridad de la que fueron investidos
bajo los términos del contrato
social.

Otro aspecto vital de la democracia
clásica es la creencia en la igualdad de
todos. Ya en la Declaración de Independencia
de los EE. UU. se expresa la convicción en que todos los
hombres son creados iguales; la igualdad de todos ante la
ley, no
obstante las circunstancias de cada sujeto. Nadie puede ser
discriminado por su posición social, económica,
credo o raza.
Muchos pioneros de la democracia creyeron también en la
igualdad política: la igualdad
de oportunidades de los individuos para influir en la
política pública. La igualdad política es
expresada en el concepto de un
hombre, un
voto. Con el correr del tiempo, la
noción de igualdad ha venido a incluir la igualdad de
oportunidades en todos los aspectos de la vida: social, educativo
y económico, tanto como en el político.

Roland Pennock(3) afirma que el objetivo de la
igualdad no es el mero reconocimiento de la dignidad de cada
persona como
tal, sino el de dotarla de la oportunidad –igual a la que se le
garantiza a todos los demás — para proteger y promover
sus intereses y para desarrollar sus poderes y su personalidad.

(3) Citado en
CHAMBERS William, Democracy Today. Dodd, Mead, New York,1962; pp
126-27.

——————

(3) Citado en CHAMBERS William, Democracy Today. Dodd, Mead,
New York,1962; pp 126-27.

Así, la noción de igualdad de oportunidades se
ha extendido más allá de la vida política
para incluir la educación, el
empleo, la
vivienda, la recreación
y el acceso a las estructuras
públicas. Cada persona tiene igual oportunidad para
desarrollar sus capacidades individuales hasta donde lo permitan
sus limitaciones naturales.

Hay que tener en cuenta, además, que el tradicional
credo democrático siempre enfatizó la igualdad de
oportunidades a la educación, a la
riqueza y status y no a una igualdad absoluta. Thomas Jefferson
reconoció una natural aristocracia del talento, la
ambición y la industria; y
los demócratas liberales al igual que Jefferson han
aceptado siempre la existencia de desigualdades que son producto del
mérito y el trabajo
individua. La igualdad absoluta, o nivelación, no es parte
de la teoría
democrática liberal

La retórica actual enfatiza como componentes de la
democracia la función
que cumplen la participación ciudadana en la toma de
decisiones, el gobierno de las
mayorías, la protección de las minorías, los
derechos individuales y la igualdad de oportunidades. Con todo,
no hay académico o político que haya afirmado que
todas esas condiciones se hayan dado en algún sistema
político. No obstante, el pluralismo moderno busca
reafirmar que las sociedades son
democráticas en cuanto los individuos pueden influir en la
política escogiendo entre élites que compiten en
los procesos
electorales. Las elecciones y los partidos permiten a los
individuos seleccionar a sus líderes y evaluar su acción.

Mario Fernández Baeza, en el DICCIONARIO
ELECTORAL, de Capel (IIDH), atribuye al concepto de pluralismo
una doble acepción:

– La verificación empírica de la existencia
dentro de la sociedad de
diversos intereses, organizaciones,
estructuras sociales, valores y
comportamientos que confluyen en el juego del
poder político con distintas capacidades; y

– Una visión normativa tolerante de esa realidad social
que le otorga un carácter democrático, en la medida
en que la vida en comunidad
resulta de la confluencia regulada de diversas visiones sobre
ella.

Por lo que, pluralismo es la afirmación del concepto
que sostiene que los valores de
la democracia pueden ser preservados en un sistema de
múltiples élites que compiten entre sí.
Éstas determinan las política mediante un proceso de
propuestas, negociación y compromisos en los cuales los
electores ejercitan su derecho a discernir en procesos
electorales. Mientras que nuevas élites tienen la
posibilidad de tentar y de asumir el poder político.

El pluralismo es motivado por la dificultad conceptual de
armonizar lo unívoco del poder político y lo
diverso de sus componentes, de sus ciudadanos. Pero, pluralismo
no es un concepto equivalente al de democracia en su
acepción clásica. En primer lugar, la noción
pluralista de toma de decisiones por interacción de élites no es el mismo
que el de la democracia ideal que conlleva la directa
participación del ciudadano. Los pluralistas reconocen que
en una sociedad industrial, compleja y urbana la
participación individual en la toma de decisiones no es
factible y que, inevitable y necesariamente, ha tenido que darse
curso a la interacción –negociación,
ubicación y compromiso– entre los dirigentes de las
instituciones
de la sociedad. Los individuos están representados en el
sistema político solamente en cuanto sean miembros de
instituciones cuyos dirigentes sí participan directamente
en la construcción de la política. El
gobierno es evaluado no por el ciudadano individualmente
considerado sino por los dirigentes de las instituciones,
grupos de
interés
organizados y partidos
políticos. Los actores principales son los dirigentes
de las corporaciones e instituciones financieras, los
funcionarios públicos elegidos o nombrados, los altos
mandos de las fuerzas armadas, los cuadros burocráticos, y
los dirigentes de las grandes organizaciones laborales, de la
producción y gremios profesionales.

Más aún, la toma de decisiones por la
interacción de las élites –al margen de si
protegen o no al individuo
está lejos de contribuir al crecimiento y al desarrollo
individual. En este aspecto, el pluralismo moderno se aleja
notablemente de la democracia clásica. Ésta
enfatiza como valor
básico el desarrollo
personal que resultaría de la participación
activa en la toma de decisiones que afectan la vida del
individuo.

El pluralismo enfatiza que el poder se halla disperso a lo
largo y ancho del tejido social; y que la opinión
pública y las elecciones influyen en la conducta de las
élites. Pero esta fragmentación del poder no es
idéntica al ideal democrático de igualdad
política. Es más: No es el gobierno por el pueblo.
Mientras que la influencia ciudadana puede ser sentida a
través de los dirigentes que se anticipan a la
reacción de los ciudadanos, la toma de decisiones
está todavía en las manos de las dirigencias
–las élites. Según los pluralistas, una
multiplicidad de élites decide las políticas
públicas, cada una en su propia área de
interés.

La teoría de la democracia tradicional concibe la
política como una selección
racional que realizan los individuos que integran el grupo social,
todos los cuales tienen igual influencia, que evalúan sus
necesidades y llegan a una decisión que respeta el derecho
de los demás. Esta teoría tradicional no ve la
política pública como un producto de la
interacción de élites o de la presión de
grupos de interés. En realidad, los grupos de
interés y aún los partidos fueron vistos en las
teorías
de la democracia clásica como intrusos en un espectro
individualista de ciudadanía y política.

Hay otros varios problemas en
la aceptación del pluralismo como heredero legítimo
de la teoría de la democracia clásica. En primer
lugar, hay que preguntarse si el pluralismo asegura que la
afiliación a organizaciones y corporaciones es una forma
efectiva de participación individual en la toma de
decisiones. Robert Presthus(4) arguye que las organizaciones, en
las cuales se fundamentan los pluralistas, se convierten en
oligárquicas y restrictivas en cuanto monopolizan el
acceso al poder y limitan la participación individual.

—————————————————

(4) PRESTHUS, Robert, Men at the top. Oxford University Press,
New York, 1964, pág. 20.

Por su parte, Henry Kariel (5) sostiene que las organizaciones
voluntarias o las asociaciones, –consideradas por los
teóricos del pluralismo fundamentales para la defensa del
individuo contra un omnipotente gobierno unificado– han devenido
en jerarquías gobernadas oligárquicamente.

———————————————-

(5) KARIEL, Henry, The decline of american pluralism. Stanford
University Press, Stanford, California, 1961, pág. 64.

Los individuos pueden aportar fuerza
numérica a sus organizaciones. Está por verse
qué tipo de influencia ejerce cada uno en su dirigencia.
No es frecuente encontrar mecanismos efectivos de democracia en
el interior de las corporaciones, sindicatos,
fuerzas armadas, iglesias, universidades, gremios profesionales.
No todos sus afiliados participan en sus asambleas ni en sus
procesos electorales o dejan sentir su influencia en el seno de
la agrupación.

Otra tarea pendiente es la de averiguar si el pluralismo
realmente asume que la dignidad de la persona queda protegida en
el marco de la competencia entre
élites. Desde que el pluralismo sostiene que los
diferentes grupos de dirigentes toman decisiones en diferentes
áreas, no sería lógico suponer que ellos
compiten entre sí. Parece sensato afirmar que cada grupo
de dirigentes permite a los demás gobernar sus propias
esferas de influencia, sin interferirse entre ellos. El estilo
prevalente de interacción entre las élites
sería el de la ubicación adecuada y la
negociación que evite la competencia.

El pluralismo pretende responder a la expectativa que el
poder, diversificado en la pluralidad de organizaciones sociales,
quedará balanceado y que así se evitará la
monopolización del poder. El pluralismo asegura que no es
posible que un solo interés pueda convertirse en el
único vencedor en la competencia política. No
obstante, en la realidad es muy frecuente la desigualdad del
poder que ostentan las diversas organizaciones. Son notorios los
casos de pequeños grupos organizados que alcanzan sus
metas a expensas de públicos muy amplios pero
desorganizados. Más aún, los productores,
entrelazados por intereses comunes, usualmente dominan a los
grupos menos organizados y menos poderosos de consumidores y a
los grupos basados en intereses no-económicos.

Finalmente, el pluralismo aún no explica cómo
lograr que las élites privadas, no-gubernamentales
favorezcan siempre a las mayorías; aún si,
efectivamente, las élites gubernamentales pueden ser
evaluadas a través de los procesos electorales. El
pluralismo usualmente evade este importante tema dirigiendo su
atención fundamentalmente al proceso de
toma de decisiones públicas de las élites
gobernantes; e ignorando el proceso de toma de decisiones en la
esfera privada de las élites no-gubernamentales.

El pluralismo se concentra en las normas dictadas
por el Estado;
mientras que las vidas de los ciudadanos y sus familias son
afectadas en gran medida por las decisiones tomadas por
organizaciones y entes privados – corporaciones, gremios,
bancos,
universidades, sindicatos, medios de
comunicación social, entre otros. En una democracia
ideal, los individuos deberían participar en la toma de
todas las decisiones que afecten significativamente sus vidas;
pero el pluralismo los excluye argumentando que esas decisiones
son de naturaleza
privada y que no están sujetas al escrutinio
público.

Se suele confundir pluralismo con elitismo. Los pluralistas
afirman que el sistema que ellos proponen es una
reafirmación de la teoría de la democracia en una
sociedad industrial, post-moderna y urbana. Ofrecen el pluralismo
como una solución pragmática al problema de la
realización de los ideales democráticos en un
sistema social inmenso y complejo en el cual la
participación individual directa es simplemente imposible.
Pero muchos críticos del pluralismo aseveran que
éste es una forma disfrazada de elitismo -que los
pluralistas están más cercanos al elitismo que a la
tradición democrática que ellos dicen venerar.
Peter Bachrach (6) describe el pluralismo como "elitismo
democrático" y sostiene que, hasta hace poco, las
teorías democrática y elitista eran consideradas
incompatibles; que si en sus formas primigenias fueron
consideradas contradictorias, en el pensamiento
político contemporáneo hay una fuerte, si no
dominante, corriente que incorpora principios
básicos del elitismo en la teoría
democrática.

———————————

(6) BACHRACH, Peter. The theory of democratic elitism: a
critique. Little, Brown. Boston, 1967.

Bibliografía

BACHRACH, Peter. The theory of democratic elitism: A
critique. Little, Brown, Boston, 1967.

CHAMBERS William. Democracy today. Dodd, Mead, New
York, 1962.

DEWEY, John. "Democracy and Educational
Administration", en School and Society, 1937.

INSTITUTO INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS
(IIDH), DICCIONARIO ELECTORAL.
Centro de Asesoría y
Promoción Electoral (CAPEL). San
José de Costa Rica,
2000.

KARIEL, Henry. The decline of american pluralism.
Stanford University Press. Stanford, California, 1961.

MILL, John Stuart. Representative government –
Dutton, Everyman"s Library, New York, 1979.

PRESTHUS, Robert. Men at the top. Oxford University
Press, New York, 1964.

VALDIVIA CANO, Ramiro. Derechos ciudadanos. Editorial
Horizonte. Lima, 1996.

 

 

 

 

Autor:

Ramiro Valdivia Cano

Profesor de la Universidad
Católica Santa María (Arequipa) y ex Miembro
Titular del Jurado Nacional de Elecciones.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter